¡Comentad!

Hey chicos, me gustaría que comentaseis porque...
Me gusta saber lo que opináis. Os pensabais que iba a decir lo de: comentad porque un blog se alimenta de los comentarios ¿verdad? :P ¡Pues no!
Ahora enserio, comentad y decidme vuestras opiniones, y así yo me alimentaré de vuestra vitalidad... (Se ríe de forma malvada sin que nadie la mire.)
¡Nos vemos pronto! O Mejor... ¡Me leéis pronto!

sábado, 16 de noviembre de 2013

Capítulo 1: El comienzo del dolor de cabeza.

He de reconocer que ese primer día de clase fui la que se fijó en ti en el bus.
Puede que por tu aura de soledad, o por tus ojos que me llamaron al instante, o puede que fuera por tu forma de sentarte y escuchar música como si no existieran reglas... Así me habría gustado ser a mí. 
Pero el caso es que me fijé en ti y no me arrepiento... Bueno, no mucho.
Sonará típico, pero cada día agradezco a todos esos factores que me incitaron a solicitar plaza en, el ahora, "nuestro" instituto. 
Por supuesto, también le agradezco a mi estúpida naturaleza cotilla, que hizo que me atreviera a hablarte.
Y como no, te lo agradezco a ti por no mandarme a paseo cuando te hablé. 
"Creo que ese fue nuestro mayor error."

Y este es mi nuevo mundo,
querido diario.

Cuando comenzó todo...

Al salir del instituto me puse a esperar a mi autobús con mi amiga Sofía. Miré a mi alrededor y ahí lo vi. El chico del bus volvía a estar solo.
"¿Por qué no?" Pensé y le hice gestos a Sofía con la cabeza avisándole de mi intención de moverme entre la gente hasta él. Ella me siguió.
Tomé aire y pensé cuidadosamente en qué decirle; pero cuando llegué a su lado solo pude decir:
-Hola.-Me miró desconcertado, justo la misma expresión que debía tener Sofía; supuse.-Tu vas en nuestro bus ¿verdad?
-Eh...
-El que va por la avenida Cervantes.-Dije intentando ayudarle.Miré a la carretera y vi como llegaba.-Ese de ahí.-Lo señalé y él asintió.
-Marina...-Me susurró Sofía, cuya preocupación principal por el momento era conseguir un sitio para las dos.
-Anda vamos.-Le dije y echamos hacia el bus, seguidas por el chico. 
Nos sentamos justo detrás de las escaleras; y el chico detrás nuestra. 
Parece ser que le causamos alguna impresión; porque a mitad de trayecto fue él el que empezó a hablarnos. ¡Sobre libros ni más ni menos! Mi mayor adicción. 
"Ahí supe que él era diferente"